El día que Paco Llorente jugó con el brazo en cabestrillo.
Francisco Llorente Gento, conocido futbolísticamente como Paco Llorente fue un futbolista, ya retirado, que jugó para el Real Madrid desde 1987 hasta 1994. Comenzó a jugar al fútbol en el modesto Urbis en 1982, desde donde pasó al Real Madrid Aficionados (posteriormente denominado Real Madrid Club de Fútbol C) al año siguiente. Su primera experiencia en la entidad blanca no debió ser muy exitosa, ya que el año siguiente recaló en el Móstoles. Allí llamo la atención de los ojeadores del Atlético de Madrid que lo ficharon para su filial, aunque ya en la temporada 1985/86 logró debutar en la máxima categoría con el primer equipo de la entidad rojiblanca.
En la campaña 1986/87 Paco Llorente se convirtió definitivamente en jugador de la primera plantilla del Atlético de Madrid y cuajó una gran campaña haciendo gala de las que siempre fueron sus principales virtudes, el regate y, sobre todo, la velocidad. Al término de dicho ejercicio se convirtió en el primer jugador español que se acogió al Real Decreto 1006/1985 desligándose de ese modo del equipo colchonero y fichando por el Real Madrid en el año 1987.
A pesar de que disputó varias temporadas con el conjunto madridista en ninguna de ellas consiguió hacerse con la titularidad de forma indiscutible y se convirtió en un jugador revulsivo que era capaz de poner patas arriba cualquier partido disputando los últimos minutos del encuentro pero que, jugando de inicio, ofrecía un rendimiento muchísimo menor. A pesar que su posición natural era la de extremo llegó incluso a disputar varios encuentros como lateral derecho.
En su primera temporada con el conjunto blanco protagonizó la que fue, probablemente, la mejor actuación de su carrera en un partido que enfrentaba al Real Madrid contra el Oporto, vigente campeón de Europa en el estadio de Das Antas. El equipo merengue, dirigido entonces por el neerlandés Leo Beenhakker, perdía por 1-0, lo cual decantaba la eliminatoria a favor del conjunto luso, cuando Llorente salió al terreno de juego. En dos impresionantes jugadas el extremo galopó por la banda dejando atrás a todos los defensores del conjunto portugués que se cruzaron en su camino para, desde la línea de fondo, pasar el balón a Míchel que marcó los dos tantos que dieron la vuelta al marcador.
Otra de sus imágenes más recordadas, y que es precisamente la que da título a este post, sucedió en un partido también europeo, ante el entonces todopoderoso AC Milan donde jugaban, entre otros Paolo Maldini, Frank Rijkaard, Carlo Ancelotti y Marco Van Basten, en la temporada 1989/90. Era el 1 de Noviembre de 1989. El Real Madrid se enfrentaba al AC Milan en el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa de Europa. Aquella noche 82.783 aficionados llenaban el estadio Santiago Bernabéu, el estadio de las remontadas, aquél en el que, como dijo el mítico Juanito, 90 minutos eran "molto longo". El AC Milan (que la temporada anterior había humillado a los blancos por 5-0 en la vuelta de semifinales) llevaba una ventaja de 2-0 en la ida. El Real Madrid ganaba 1-0 en el segundo tiempo pero Toshack ya había hecho los dos cambios y expulsaron a Sanchís. Llorente, que se había lastimado el hombro tras caer al suelo por la línea de fondo, para no dejar al equipo con nueve y dando una increíble muestra de compromiso y entereza siguió jugando lesionado con el brazo en cabestrillo por dentro de la camiseta con el patrocinio de Reny Picot. Sus esfuerzos fueron inútiles y el Real Madrid quedó de nuevo eliminado, pero por detalles como el de ese partido de 1989 Francisco Llorente siempre ha gozado del recuerdo y agradecimiento de toda la parroquia blanca.
Las dos últimas campañas de Llorente en el conjunto blanco su participación fue prácticamente testimonial hasta que en 1994 expiró su contrato y abandonó la disciplina madridista. Tras salir del Real Madrid recaló en la SD Compostela donde sí gozó de la titularidad que nunca consiguió en el conjunto merengue, llegando a disputar cuatro temporadas en la máxima categoría con el conjunto gallego hasta que en 1998, con 32 años, se retiró del fútbol.
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